Este viejo y conocido refrán encaja, sin duda, con la tesis que plantea el artículo y también da pie para reconocer el poder que tienen las audiencias (consumidores y comunidades) que de alguna manera se ven afectadas por las Organizaciones (sea cual se su actividad) para reconocer cuando les están "metiendo gato por liebre".
Dejando de lado esta bucólica introducción, rescato dos conceptos claves en el marketing posmoderno: TOP OF MIND: que nos lleva a la intención de ser el primer referente en las intenciones del mercado; y, TOP OF HEART: que nos coloca emocionalmente cerca de las audiencias - consumidores o no de lo que ofrecemos-.
Dentro de este TOP OF HEART se deben instalar las acciones de RSE de las organizaciones; sumando un verdadero lazo emocional que integra un alto grado de compromiso y de confianza. Es por este último valor, la confianza, que cualquier error en las acciones de RSE se convierte en una amenaza. La confianza es un valor fácil de perder y muy difícil de recuperar; pensemos en las personas que queremos y/o hemos querido, de sus equivocaciones hacia nosotros y viceversa lo que siempre se olvida y no se perdona son las faltas a la confianza.
Desde el campo de la comunicación, ahora existe una especialidad llamada: Comunicación para el Desarrollo. Esta busca, en esencia, empoderar a la comunidad para organizarse proactivamente en el alcance de objetivos de progreso. Este tipo de teorías y prácticas enlaza con la RSE. Si bien tienen cabezas distintas, ambas conectan en un interés fundamental: contribuir activamente en la construcción de un mejor entorno social, económico y ambiental.
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